Y allí estaba yo, al final del pasillo, después de meses planeándolo, justo los dos minutos antes de recorrer aquel largo pasillo, me entró la principal duda. La duda que había enterrado en mi memoria meses atrás, ya que tenia miedo a la respuesta real de esa pregunta.
¿Seré realmente feliz, tomando esta decisión? Despues de meses, creo que no seré feliz, esa era la respuesta a la que tanto me había obstinado aceptar.
Así, que respiré bien hondo, recogí el bajo de mi vestido, me di la vuelta y me marche corriendo. Sin mirar atras. Decidí que era el momento de dar un cambio importante a mi vida, y este era el momento. De decir adiós al pasado y dar la bienvenida al futuro.
Empuje las puertas de la Iglesia y la luz incidió directamente en mis ojos, con un brillo cegador. Ese seria mi nuevo comienzo.
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