Ese álter ego que tiene me consume, sin saber que hacer o como reaccionar. Cada paso puede ser el acertado o el equivocado, o en bastantes ocasiones el mismo.
El día que esa segunda persona deja ver parte de su rostro, lo devasta todo. Todo el tiempo invertido y los esfuerzos hechos son destruidos por esa segunda persona. Es como un huracán, y siempre parece encontrar una gran piedra con la que enseñarse hasta destrozarla y convertirla en polvo.
Pero volver a convertir el polvo en piedra es mas difícil de lo que ella cree. Y cuando el polvo desaparece, se hace invisible.
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